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Unos de los países más sorprendentes que he visitado 🇪🇸

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Para una amante de los viajes, tener a un país como Irán tan cerca es muy tentador. Yo vivía en Emiratos Árabes Unidos, a tan solo un par de horas de éste gran país, sin embargo, por alguna razón u otra siempre terminaba postergando mi visita. Finalmente, en 2016, se dieron las condiciones para cruzar el mar del golfo. Era finales de agosto y había un fin de semana largo, era ahora o nunca pensé. Le comenté a mi compañero de trabajo egipcio que anteriormente también me había mencionado estar interesado en viajar a Irán y enseguida se sumó a la visita. Como teníamos solo 4 días para visitar un país tan grande, optamos por visitar la ciudad de Shiraz e Isfahan que son Patrimonio Mundial de la Humanidad, así que compramos nuestros billetes para volar desde Dubai a Shiraz y volver desde Isfahan a Dubai con FlyDubai y no perder mucho tiempo

Comenzamos con nuestros aprontes y nos dimos cuenta que muchas páginas de viajes no funcionan o están bloqueadas en ese país, como Booking.com, así que tuvimos que reservar nuestro hotel por mail como hacíamos antiguamente. Sorprendentemente, la página de Couchsurfing si funcionaba y decidimos hacer nuestro viaje público para conocer gente local, a los pocos minutos comenzamos a tener cientos de invitaciones de chicos y chicas iraníes para hospedarnos en sus casas… todos nos escribían que estarían felices de hospedarnos o mostrarnos su ciudad. No podíamos acreditar la hospitalidad de la gente iraní sin siquiera habernos conocido. Después de tomarnos el tiempo para contestar todas, decidimos aceptar la invitación de Sarah para mostrarnos la ciudad.

Cuando compartimos nuestro entusiasmo del viaje a nuestros amigos nos dijeron que estábamos locos, ya que las relaciones entre estos dos países no eran buenas y seguramente íbamos a tener problemas en el futuro por tener un sello de Irán en nuestro pasaporte. A nosotros no nos importaron sus comentarios ya que la posibilidad de visitar ese gran país lleno de historia y cultura era más fuerte.

Finalmente, el día llegó, viajamos en coche desde Abu Dhabi hasta la terminal 2 de Dubai y nos tomamos el vuelo de las 9:50am, no recuerdo bien, pero creo que el vuelo duró poco más de una hora.

El camino desde el aeropuerto hasta el hotel fue como viajar en el tiempo, las casas, los autos, las tiendas, todo lo que veíamos en nuestro camino parecía de los años 70.

Llegamos a nuestro hotel en el distrito 8, Parhami Traditional House, era un lugar pequeño pero acogedor. Hicimos el check-in, dejamos las maletas y salimos a caminar rumbo al Bazaar Vakil, la arquitectura persa no podía ser más bonita, ¡¡¡era increíble estar en un lugar con tanta historia y sin turistas!!!

Recorrimos algunos lugares y luego decidimos ir a almorzar, donde nos encontraríamos con Sarah. No recuerdo el nombre del restaurante, lo que si recuerdo era que estaba pegado al bazaar y que la comida era exquisita. Cuando ya habíamos terminado llegó Sarah, una chica de más o menos nuestra edad, super amable y amistosa. Nos contó que su marido estaba de viaje de negocios y su hijo con sus padres, así que tenía unas horas para mostrarnos su ciudad. Primero caminamos por donde estábamos mientras ella nos describía los lugares y nos contaba sus historias, luego nos llevó a comer un helado y probamos el faloodeh que es una especie de helado hecho con fideos finos congelados, a mi particularmente no me gustaron, pero allí es muy popular.

Luego visitamos otros lugares como las Tumbas de Hafez, el jardín de Eram y la mezquita de Nasir Ol Molk. De tardecita nos llevó en su coche al hotel y nos pidió que cenáramos con ella y su marido que estaba volviendo de su viaje, así que ella lo pasaba a buscar por el aeropuerto y nos volvía a buscar a nosotros. Aprovechamos para ducharnos y descansar un poco. A la noche Sarah y su marido nos volvieron a buscar y nos llevaron a un restaurant en las afueras de Shiraz, donde están las casas más grandes con jardines y quintas. ¡Era un lugar hermoso! Y lo mejor fue que además vinieron sus padres, tíos y amigos. No podíamos creer toda la gente que había venido a conocernos, realmente la calidez de las personas era increíble. Durante la cena conversamos muchísimo, intercambiando historias de nuestros respectivos lugares, pero algo me llamó mucho la atención…fue que a pesar de las ganas que tenían las mujeres de bailar no podían hacerlo porque no estaba permitido… sentí mucha pena y a la vez me alegré por haber nacido en un país libre.

Nuestro plan para el día siguiente era tomar el autobús hacia Isfahan, pero, sin embargo, Sarah y su marido se ofrecieron a llevarnos a Persépolis, que quedaba de camino. Así que felices accedimos a la invitación.

Temprano a la mañana, luego de desayunar, hicimos el check-out y nuestros anfitriones nos pasaron a buscar. Juntos con ellos y su pequeño hijo partimos rumbo a la capital del Imperio Persa. Visitamos el lugar y luego ellos nos llevaron hasta la parada de autobús para que lo tomáramos hacia Isfahan. Fue una triste pero cálida despedida, ya que en dos días éstos extraños habían logrado una amistad pura y desinteresada.

Llegamos a Isfahan a la noche luego de recorrer 420Kms de desiertos y montañas. Nos alojamos en el Isfahan Traditional Hotel, un lugar hermoso con un courtyard lleno de flores, donde pudimos descansar muy bien luego del largo viaje. A la mañana siguiente caminamos 10 minutos hasta la plaza de Naqsh-e Yahan y visitamos todos los edificios y mezquitas de los alrededores. Isfahan es mucho más impresionante que Shiraz en términos de arquitectura. Luego de visitar los sitios históricos, caminamos hasta el río Zayandeh y tomamos una mini siesta al lado del hermoso puente de piedra con 33 arcos. A la noche volvimos a la plaza principal y nos sorprendió ver la cantidad de familias disfrutando del lugar. También se nos acercó mucha gente local a conversar, creo que les daba curiosidad ver a turistas o simplemente querían practicar inglés con alguien.

Lamentablemente el viaje duró muy poco y tarde a la noche tomamos el vuelo de regreso a Dubai. Pero, sin duda, Irán es un lugar a donde me encantaría volver, no solo por su historia y cultura, sino más por la calidez y amabilidad de su gente.


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